martes, 15 de junio de 2010

ESTUDIANTE DEL SIGLO XXI

El Estudiante del Siglo XXI.

En el Nuevo Paradigma de La Educación del Siglo XXI, su permanencia se encuentra en el cambio y en la transformación. El cambio permanente es la regla en la “Era de la Información”. Aquello que no evoluciona produce inestabilidad, crisis y está predestinado a desaparecer. Este nuevo entorno crea necesidades específicas en la sociedad que la educación debe cubrir para adaptarse a un entorno en el que la única constante es el cambio.

No debemos olvidar que la educación busca dentro de sus objetivos últimos la formación integral del ser humano, entendido como un ser de necesidades, habilidades y potencialidades. Busca intervenir en las Dimensiones Cognitivas (conocimientos) Axiológica (valores) y Motora (Habilidades y Destrezas), para mejorar la calidad de vida.

La nueva “Era de la Información” obliga a la educación a cambiar desde sus bases para conseguir en los estudiantes una formación integral y como parte de ella, la habilidad de “aprender a aprender, a hacer, a vivir y a convivir”. Hoy en día, una persona “educada” debe ser sobre todo y ante todo, flexible. La flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones, adquirir nuevos conocimientos, cuestionar viejos paradigmas es preciso para la supervivencia.

La persona “educada” no solo debe “saber”; la persona educada debe tener la destreza, habilidad y deseo de aprender y adaptarse cada día al nuevo entorno. La inteligencia no sólo radica en la capacidad de solucionar un problema, sino en la capacidad de adaptarse en un mundo compartido. Además, el estudiante del siglo XXI debe desarrollar habilidades que le permitan buscar, analizar, integrar y usar información de una manera continua e interdependiente. El aprendizaje no sólo debe ser dinámico y real; sino que debe estar enfocado también a la creación de nuevo conocimiento.

Poder lograr este tipo de personas flexibles que se adapte y funcione en un contexto de continuo cambio, que responda a los desafíos de la evolución de la tecnología, de la cultura y de la sociedad, el proceso educativo debe ser redefinido.

En el nuevo paradigma educativo el estudiante debe dejar de ser un elemento pasivo en el proceso de enseñanza – aprendizaje. El estudiante debe ser ahora un elemento activo en el proceso de adquisición del conocimiento. Es cierto que existen tantos estilos de aprendizaje como estudiantes. Independientemente de esto, es necesario que dentro del nuevo modelo de enseñanza el alumno desarrolle las habilidades necesarias para tener éxito en la sociedad actual.

Este nuevo paradigma educativo enfoca al estudiante como un elemento activo en el proceso enseñanza-aprendizaje a fin de desarrollar las habilidades necesarias para tener éxito en su desempeño personal y profesional, además de ello, la educación deberá orientarse en la motivación, resolución de problemas, trabajo colaborativo. La habilidad de trabajar en grupo, en base a proyectos definidos que constituyan un soporte para el crecimiento del estudiante. Es también de gran importancia en el nuevo contexto económico y social.

El estudiante en el Siglo XXI deberá ser:

* Responsable de su propio proceso de aprendizaje.
* Un individuo participativo y colaborativo.
* Un individuo con capacidad de autorreflexión y generador de conocimiento.

Elaborado por: José Bolívar

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